PRESENTACIÓN

En este blog pretendo compartir mi experiencia como viajera mochilera y espero ayudar a otros viajeros como muchos blogs que he leído me han dado buenas ideas para mis aventuras. Hasta hace poco yo era una viajera de avión, taxi y agencia de viajes, pero claro, eso era bastante caro, resultado, apenas viajaba. Hace poco más de un año mi pareja me descubrió el viaje mochilero, organizado a tu antojo, con nuestro coche y nuestra mochila y os aseguro que es maravilloso y económico, ahora viajo mucho más y lo disfruto más que antes. Así es que, olvidaos de cosas superfluas, llevad lo imprescindible y preparaos para la aventura…

domingo, 6 de octubre de 2013

CONOCIENDO ESLOVENIA: POSTOJNA Y LJUBLJANA

Como ya os anticipé, nuestra epopeya veraniega comenzó este año por un pequeño, verde y encantador país de la antigua Yugoslavia, Eslovenia.
 
 
Este bonito país de a penas dos millones de habitantes fue el primero en independizarse de Yugoslavia tras un corto conflicto armado conocido como la Guerra de los Diez Días. En 2004 entró en la Unión Europea adoptando el euro como moneda oficial en 2007.

Nuestra visita fue bastante fugaz y nos dejó muy buen sabor de boca, tanto que nos gustaría volver pronto para dedicar un par de semanas a disfrutar de más rincones de este coqueto país.

Lo que más me llamó la atención de Eslovenia es su riqueza natural. Se trata de un país montañoso y muy, muy verde, por lo que ofrece unos paisajes de ensueño especialmente atractivos para los que, como nosotros, estamos acostumbrados a los paisajes áridos del sur de España.
 

 
Un punto a favor de Eslovenia a nivel logístico es que dispone de una importante red de autopistas que te permiten recorrer el país con comodidad. A este respecto, es importante tener en cuenta que nada más entrar en el país, si viajas en tu propio vehículo, es necesario adquirir una "viñeta" que te permitirá transitar por todas las autopista. Puedes comprar una viñeta semanal (15€) o mensual (30€), tened en cuenta que las mensuales son por meses naturales, no desde el momento que la compras. Se adquieren en las gasolineras y áreas de servicio, así es que las encontraréis nada más cruzar la frontera.

Nuestra primera parada fue en la localidad de Postojna. Este pueblo es muy famoso por sus cuervas de modelado kárstico que no visitamos por falta de tiempo y por su elevado coste. No obstante nos gustaría visitarlas cuando regresemos a Eslovenia con los niños. El motivo para visitar Postojna, a parte de que nos pillaba de camino hacia Ljubljana, fue conoce Predjama Grad. Se trata de un castillo anclado en la roca, es realmente impresionante. Se encuentra a unos 20 minutos de Postojna por una carretera de montaña con un paisaje espectacular y transitada por todo tipo de visitantes (incluso nos encontramos un erizo que cruzaba "su" carretera con toda la tranquilidad del mundo).
 
 
 
 

. . .Predjama Grad, el Castillo de la Cueva, o algo así, jama es cueva en esloveno, un enclave de cuento de hadas . . . y la fotografía no hace justicia a la belleza del entorno . . .

El castillo se puede visitar, hay entradas combinadas del castillo con las cuevas a unos precios, a mi entender, desorbitados. No obstante todo depende de las preferencias de cada uno y del presupuesto, claro está.

Tras esta rápida visita a Predjama Grad nos dirigimos hacia nuestro destino, la inigualable ciudad de Ljubljana. Esta pequeña capital bañada por el río Ljubljanica es una pequeña joya. Ciudad histórica, universitaria, administrativa y monumental, pero con toda la tranquilidad de un pueblecito y todas las atracciones propias de una capital.
 
 
. . . Ljubljana, pequeña y tranquila capital moderna que ha sabido conservar la belleza clásica de sus puentes, sus calles y sus edificios, no hay ruidos, la gente no grita, ni estrés, ni ajetreo, una parada idílica, un lugar alejado del mundo, para relajarse, para vivir un maravilloso día estival . . . hay quien deriva su nombre de la palabra "luba", que al parecer significa amada, no se si es verídico, más no me importa, lo verdaderamente cierto es, que Ljubljana enamora . . .

Nuestra primera incursión en la ciudad fue de noche, tras cenar en un restaurante-tranvía donde nos sirvieron una de las exquisiteces del país, el cevapcici (también lo comeremos en Bosnia, Croacia y Serbia, pero conocido como cevapi). Se trata de una especie de salchichas frescas muy especiadas servidas con cebolla picada, una salsa picante y un pan especial recién horneado. Es realmente delicioso, eso sí, llena un montón, así es que tenedlo en cuenta. La comida fue muy barata, imagino que porque no estábamos en el centro. Esta ciudad no es cara, aunque las zonas turísticas son obviamente más caras que el resto. Aún así, nos tomamos un gin tonic en pleno centro por 5€.
 
 
 
 

Cuando te acercas al centro de la ciudad de noche te da la sensación de que todo el mundo debe estar durmiendo, a pesar de que no eran ni las diez de la noche. Esto se debe a que, a diferencia de la ciudades españolas, la iluminación es tenue, lo que confiera a la ciudad un aire acogedor y mágico.

La ciudad está divida en dos partes por el río que es cruzado por varios puentes, algunos de ellos realmente bellos, como es el caso del puente triple o repletos de historia y simbolismo, como el puente de los dragones.
 
 

. . . cuenta una leyenda que Jasón, a su regreso de la Cólquide pasó por estas tierras y se topó con un Dragón que habitaba las marismas, y como no podía ser de otra manera, entablaron combate y el pobre dragón terminó muriendo . . . desde hace mucho tiempo, el Dragón es el símbolo de la ciudad . . .

A pesar de ser una ciudad pequeña tiene muchas cosas que visitar ya que su historia es muy rica y los orígenes de la ciudad se remontan a la época romana, cuando era conocida como Emona. De este periodo se conservan restos situados fuera de lo que es hoy es casco histórico. Se puede pasear por parte de las murallas de la antigua ciudad e incluso visitar los restos de la villa romana de una familia aristócrata de Emona a juzgar por su calefacción central (sí, los romanos ya la tenían, ¡por suelo radiante!), el número de estancias y la situación de las mismas (separando zona de servicio, etc.). Cuando fuimos estaba cerrada por restauración, parece ser que algunas partes se habían hundido por el peso de la nieve del invierno. Sin embargo, una amable chica (arqueóloga, imagino) nos la enseñó y explicó pormenorizadamente. También nos comento que en 2014 se celebra el aniversario de la ciudad de Emona y que habrá muchas actividades para adultos y niños en su conmemoración.
 
 
 
 
 
 
Otro lugar de obligada visita en la ciudad de Ljubljana es su castillo. Ljubljana grad se yergue sobre un frondoso bosque que rodea la ciudad y es omnipresente desde cualquier punto de la misma. Un funicular conecta el castillo con el centro de la ciudad. Su precio es de 2,20€ ida y 4€ ida y vuelta. Una gran parte del castillo se puede visitar sin pagar, dejándose el pago para algunas estancias y museos. Si queréis visitar el castillo y subir en funicular hay un pase combinado. Yo os recomiendo que, al menos, la bajada la hagáis andando por la pista forestal que rodea al castillo, es una maravilla ir descubriendo Ljubljana entre los árboles mientras te alejas del castillo.
 
 
 
 
Para ser honesta, el castillo es lo que menos me gustó de la ciudad. Lo que más me llamó la atención fue la visita a la antigua cárcel donde puedes visitar las celdas en las que, hasta hace relativamente poco, ha habido gente encarcelada. No obstante, merece la pena la subida a la fortaleza sólo por hacer la bajada a pie por el sendero boscoso.
 
 
 
 
 
Otra visita para los curiosos, historiadores y amantes de los museos debe ser la del Museo Nacional de Eslovenia que se encuentra en la ciudad. Presenta una colección que reúne piezas de la historia de Eslovenia desde la Prehistoria, incluso podemos ver una supuesta flauta neandertal de 40.000 años. El museo se ubica en una palacio neo-renacentista cuya sola arquitectura hace merecida la visita. Si queréis más información sobre el museo podéis visitar el blog de Artemy
 
 
Una vez visitado el castillo y el museo, vamos a disfrutar de un placentero paseo por la capital de Eslovenia visitando su calles, plazas y puentes. En este paseo no visitaremos iglesias puesto que es imposible encontrar una abierta. Para otras ciudades, por tratarse de ciudades muy grandes, os he propuesto un itinerario. Sin embargo, Ljubljana es una pequeña joya que, sin tener ningún monumento espectacular, es una belleza en su conjunto y merece la pena descubrirla por vosotros mismos. A continuación os pongo unas fotos de las fuentes, plazas y puentes del centro con los que os pondréis deleitar.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Por último, aunque no por ello menos importante, no debéis olvidar dar un paseo a las orillas de Ljubljanica alejándoos del centro. Es una zona tranquila, más fresca y preciosa para pasear. Además, la orilla del rio está repleta de barcos-bar con terraza a la orilla del rio en las que disfrutar del frescor de la zona y de una buena cerveza. Sinceramente, cuando estuve en esta zona de la ciudad, pensé que algún día viviré allí, sin duda.
 
 
 
 
 
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