ROMA, UN MUSEO AL AIRE LIBRE

Roma es, sin duda, una de las ciudades más visitadas de Europa y del mundo. Los atractivos que ofrece la ciudad son innumerables, la Roma clásica: Coliseo, Foro, Palatino; el Vaticano y sus museos, la Galería Borghese y decenas de museos más. Sin embargo, uno de los encantos de Roma es pasear por la ciudad y disfrutar de sus estatuas, sus fuentes, sus calles, sus puentes…

Os contaré mi experiencia descubriendo esta maravillosa ciudad que os sorprenderá y seguro que os enamorará. Os recomiendo un paseo nocturno, la magia está garantizada.

Comenzamos nuestro paseo subiéndonos a la línea A del metro de Roma para bajarnos en la Plaza Barberini. Cuando salimos a la superficie nos encontramos con una de las fuentes más notable de Bernini, la Fuente del Tritón. Más escondida en una de las esquinas de la plaza se encuentra otra fuente de Bernini, mucho más modesta, la Fuente de las Abejas.

Desde aquí bajaremos por la vía del Tritone y seguiremos las indicaciones que nos llevaran a la famosa Fontana de Trevi. Esta es la fuente más bonita y más grande de Roma. Cuando la visitéis, ya sea de día o de noche, la encontrareis llena de gente que lanza monedas a sus aguas. Esta costumbre viene del mito creado por la película “Tres monedas en la fuente” (Three coins on the fountain), según el film, si arrojas una moneda volverás a Roma, si lanzas dos encontrarás el amor con un atractivo italian@ y si son tres las que tiras te casarás con la persona que allí has conocido.

Como dato curioso, cada año se extraen aproximadamente un millón de euros de la fuente. Desde el año 2007 este dinero se utiliza con fines benéficos (a saber donde iría antes). Yo particularmente no participé de este mito-tradición, mi pareja jamás lo hizo y era la tercera vez que visitaba Roma, allá cada cual.

Siguiendo con nuestro paseo, siempre muy bien indicado, llegaremos al Panteón de Agripa, también conocido como el Panteón de Roma, es una de las obras maestras de la arquitectura de la capital italiana y el edificio mejor conservado de la antigua Roma.

En el interior del Panteón se encuentran las tumbas de numerosos reyes de Italia y multitud de obras de arte. El personaje más conocido que se encuentra enterrado en el Panteón es sin duda el pintor y arquitecto renacentista Rafael.

Pocos metros detrás del Panteón encontramos la Basílica de Santa María Sopra Minerva, más que por la iglesia en sí, os hago referencia a ella porque en esta plaza podemos deleitarnos con el Obelisco del Elefante que Bernini realizó en conmemoración al pontificado de Alenjandro VII.

Volviendo a nuestra ruta original y siguiendo nuevamente las indicaciones llegamos una de las plazas más grandes y concurridas de Roma, la Plaza Navona. Esta plaza ocupa el lugar en el que se situaba el estadio de Domiciano (Circo Agonal) en el año 86, en el que los ciudadanos romanos disfrutaban de los juegos atléticos griegos. 

Actualmente encontramos tres maravillosas fuentes que son el atractivo principal de la plaza. 

En el centro de la Plaza Navona se encuentra la "Fuente de los Cuatro Ríos", construida por Bernini en 1651. Las cuatro estatuas de la fuente representan a los cuatro ríos más importantes de la época: el Nilo, el Danubio, el Ganges y el Río de la Plata. En el centro está situado un obelisco de 16 metros de altura que perteneció al Circo de Majencio, que fue encontrado en la Vía Apia.

La Fontana del Moro y la Fontana de Neptuno fueron creadas por Giacomo della Porta perfeccionadas posteriormente por Bernini y Zappalà y Della Bitta respectivamente. 

Fuente del Moro

Fuente de Neptuno

Nos dirigimos ahora hacia el corso Vittorio Emmanuel II, una de las principales avenidas de Roma, que cruzaremos para llegar al Campo dei Fiori. Esta plaza es un continuo bullir de turistas y transeúntes tanto de día como de noche. Durante el día alberga un mercadillo muy animado y por la noche está repleto de terrazas de restaurantes y bares que son amenizados por música en directo. Obviamente, nuestro ser mochilero no nos permite (ni nos apetece, por evitar pérdidas de tiempo y dinero) disfrutar de una comida en uno de estos restaurantes, sin embargo, una costumbre muy sana en Italia es la venta de comida preparada para llevar y poder comer en cualquier parte. En concreto, la noche que estuvimos allí compramos unos tomates asados rellenos de arroz (muy típicos por aquella zona) y dimos cuenta de ellos sentados en unos escalones de la plaza mientras disfrutábamos de la música en directo. Os puedo asegurar que estos picnic improvisados son deliciosos en todos los sentidos. 

Esta plaza en otros tiempos fue lugar de celebración de ejecuciones públicas. En el centro de la plaza una estatua de Giordano Bruno se encarga de recordar este hecho. Este científico-filosofo que sostenía no sólo que el Sol era el centro de nuestra sistema planetario, y no la Tierra como se sostenía hasta el momento; sino que afirmaba que el Sol era una estrella más y que en el Universo existían infinitos mundos con seres inteligentes. La Iglesia lo consideró, obviamente, una herejía y tras ser encarcelado durante ocho años fue quemado en la hoguera en el Campo dei Fiore en 1600. 

Los trabajos de Bruno sirvieron a Galileo años después que sostuvo la misma teoría y también fue condenado por el mismo inquisidor, aunque Galileo tras encarcelamientos y amenazas de torturas abjuró de sus ideas ante el Tribunal inquisidor y entre dientes pronunció la famosa frase de “Eppur si muove” (y sin embargo gira). 

Tras nuestra cena con música en directo volvimos sobre nuestros pasos hasta el corso Vitorio Emannuel II que recorrimos entero dirección al Tiber. Conforme te vas acercando al rio vas viendo al fondo el magnífico Castillo de Sant Angelo, escenario de muchas escenas cinematográficas y literarias entre las que se encuentra el libro de Dan Brown “Ángeles y Demonios”. Este castillo fue concebido en su origen como mausoleo del emperador Adriano. Posteriormente se utilizó con fines militares. En el 590 d.c., el Papa Gregorio I tuvo una aparición del Arcangel San Miguel en la cima del castillo que le anunciaba el fin de la epidemia de peste que asolaba la ciudad, desde entonces una estatua del arcángel corona el Castillo. Actualmente está abierto al público y es visitado como otro museo.

Por falta de tiempo y fondos no visitamos el interior del Castillo, a pesar de que abre sus puertas a los visitantes algunas noches de verano (que fue cuando fuimos a visitarlo). Sin embargo pudimos disfrutar nuevamente a sus puertas de un grupo de rock en directo que interpretaban “Another brik in the wall” de Pink Floyd, con bastante talento.

Continuamos nuestro paseo siguiendo la ribera del Tiber dejando de lado dos puentes y volviendo a cruzar al otro lado del rio en el tercero. Continuamos recto hasta llegar a la Plaza del Popolo. La plaza se encuentra situada al comienzo de la Vía Flaminia y constituía la entrada a la ciudad en tiempos del Imperio. 

En el centro de la plaza se sitúa un obelisco egipcio de 24 metros dedicado a Ramsés II, conocido como Obelisco Flaminio. En esta plaza encontramos Iglesia de Santa María del Popolo, en la que se pueden ver dos magníficas obras de Caravaggio además de interesantes obras renacentistas. En la plaza se encuentran además las iglesias de Santa María dei Miracoli y Santa María in Montesanto, dos templos aparentemente gemelos que ocultan algunas diferencias.

Tomando la vía del Babuino, donde encontramos varios palacios del siglo XVII y XVIII, dirigiéndonos de nuevo hacia el centro de la ciudad desembocaremos en la Plaza de España. Debe su nombre a la ubicación de la embajada española ante la Santa Sede en dicha plaza desde el siglo XVII. Se trata de una de las mejores zonas de Roma. Para los amantes de las compras, la Via dei Condotti ofrece una gran variedad de tiendas de firma y diseñadores. 

En el centro de la plaza se sitúa la Fontana della Barcaccia que tiene forma de barco, en ella están grabados los emblemas de la familia Bernini: soles y abejas.

La escalinata de la plaza de España fue construida a principios del siglo XVIII para comunicar la plaza con la Iglesia de Trinità dei Monti. Nosotros dejamos esta visita para el día siguiente y volvimos cogiendo el metro en la parada de esta plaza, sin embargo podéis seguir vuestra visita subiendo estas escaleras para poder deleitaros con las impresionantes vistas de la ciudad que se tienen desde ahí arriba, merece la pena, os lo aseguro. 

Esta escalinata es famosa en el mundo de la moda ya que en ella se celebra el desfile Donne Sotto le Stelle. Este acontecimiento se celebra a mediados de julio y hace que la Plaza de España se vista de gala.

Incluyo en esta entrada, aunque no lo visitamos en nuestra visita nocturna porque se salía de la ruta, el Monumento Nacional a Victor Manuel II. Está cerca del Coliseo así es que nosotros lo visitamos tras nuestra visita a la Roma Clásica.

El Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II, conocido también como Vittoriale, es un imponente edificio situado en la Piazza Venezia. Fue inaugurado en 1911 para rendir homenaje a Víctor Manuel II, primer rey de Italia tras su unificación.

Dicen que uno de los mayores atractivos del Monumento a Víctor Manuel son las vistas panorámicas que se obtienen desde la terraza situada a la altura de las cuadrigas, incluyo una imagen que no hicimos nosotros porque no subimos. Los ascensores panorámicos son la única forma de acceder a la parte superior.

Esta fue nuestra visita por las calle de la ciudad eterna, seguro que hay mil y un sitio más con encanto para descubrir y visitar, espero poder hacerlo en próximas visitas. Si tenéis alguna sugerencia no dudéis en escribir un comentario.